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TÍTULO ORIGINAL:
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Bajarse al Moro
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AUTOR:
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PRIMERA PUBLICACIÓN:
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1985
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ÚLTIMA PUBLICACIÓN:
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2018
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EDITORIAL:
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Antonio Machado Libros
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GÉNERO:
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Teatro, Juvenil
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Nº PÁGINAS:
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96
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ISBN:
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9788477748151
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Chusa vive emparejada con el policía Alberto y con el
tuerto y simpaticón Jaimito, en un apartamento del madrileño barrio de
Lavapiés, dedicada a traficar con hachís. Un día trae a casa a Elena, la pijina
en apuros, que acaba de escaparse de casa, con la intención de ir enseñándole
el oficio. Como dice ser virgen y no poder por tanto transportar mercancía en
el "chumi", Chusa le dice como si tal cosa que su pareja Alberto se
encargará esa noche de solucionar el problema. Así lo intentarán hacer, aunque
les interrumpirán primero la madre del poli con la noticia de que su marido ha
salido de la cárcel y luego unos yonquis que intentan atracarles. Jaimito,
disfrazándose de poli y con la pistola de Alberto, salvará la situación, pero
por culpa de Alberto se llevará un tiro que le obligará a pasar un tiempo en el
hospital.
En el segundo acto, Elena y Alberto están comprometidos y a punto de irse a la casa de su madre, contenta con el nuevo rumbo que ha tomado su marido (que ha pasado de la cárcel al PSOE). Jaimito se recupera del balazo. Llega entonces la noticia de que Chusa ha sido detenida con el hachís recién traído del moro, adonde marchó sola por la negativa de Elena de acompañarla. Aunque Jaimito le insiste, Alberto se niega a comprometerse mediando por ella. Poco después Chusa aparece en casa: el delito que se le achaca no es tan grande como se pensaba porque algún policía se ha quedado con una buena cantidad de la carga que ella transportaba. De todos modos, sigue pendiente del juicio. Para acabar de estropearlo, se entera de la noticia de la marcha de los dos tórtolos y además Elena tiene el morro de pedirle que le devuelva el dinero que ella puso para comprar droga. Los dos perdedores y víctimas de abuso de los presuntos bohemios integrados en el sistema se quedan solos y además Chusa avisa de que Alberto la ha dejado embarazada, aunque no piensa ni decírselo.
En el segundo acto, Elena y Alberto están comprometidos y a punto de irse a la casa de su madre, contenta con el nuevo rumbo que ha tomado su marido (que ha pasado de la cárcel al PSOE). Jaimito se recupera del balazo. Llega entonces la noticia de que Chusa ha sido detenida con el hachís recién traído del moro, adonde marchó sola por la negativa de Elena de acompañarla. Aunque Jaimito le insiste, Alberto se niega a comprometerse mediando por ella. Poco después Chusa aparece en casa: el delito que se le achaca no es tan grande como se pensaba porque algún policía se ha quedado con una buena cantidad de la carga que ella transportaba. De todos modos, sigue pendiente del juicio. Para acabar de estropearlo, se entera de la noticia de la marcha de los dos tórtolos y además Elena tiene el morro de pedirle que le devuelva el dinero que ella puso para comprar droga. Los dos perdedores y víctimas de abuso de los presuntos bohemios integrados en el sistema se quedan solos y además Chusa avisa de que Alberto la ha dejado embarazada, aunque no piensa ni decírselo.
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